Lo cierto es que aún no he tenido la oportunidad
de acudir a una entrevista como tal. A pesar de ello, si he vivido una
situación similar, aunque en este caso el fin no era obtener un trabajo, sino
poder formar parte de la primera promoción de la Escuela de Presentadores de
Jesús Hermida. Se trataba de un casting formado por dos fases: la primera
estaba compuesta por varias pruebas de cámara; la segunda: una entrevista con
el director y responsable de la Escuela.
Dentro de la primera parte se incluían varios
ejercicios, de los cuales sólo algunos podían ser preparados en un tiempo que
te permitían allí mismo, en estos casos la tranquilidad y la confianza en uno
mismo es imprescindible, puesto que el currículum no influye pero sí las
aptitudes de uno mismo.
La segunda fase, en cambio, era una entrevista
formada por preguntas tanto personales, como profesionales. Por lo tanto debes
tener confianza en el currículum que presentas; el inglés es un factor muy
importante y aunque no iba a ser empleo en este máster, me hicieron las
pertinentes preguntas de dominio del idioma, por lo que es interesante
prepararse algo sobre uno mismo en dicha lengua. La seguridad a la hora de
hablar y mostrar que eres merecedor de ese puesto (ya sea escuela o trabajo) es
muy relevante, este fue en mí un factor decisivo, o al menos así lo considero.
Me preparé dentro unos ciertos parámetros, pues
en este caso no podía prepararme mucho.
La imagen es muy importante, el primer impacto
visual dice mucho de la persona, por ello preparé con esmero el atuendo
correcto, que en este caso fue sencillo: pantalones negros, camisa, americana
de doble abotonadura gris, para darme más altura y obligarme a andar con
delicadeza, me calcé unos tacones básicos negros. Y el cabello arreglado, sin
excederse, puesto que no vamos a una fiesta, quieren vernos profesionales no
preparados para un shooting de moda.
Salí satisfecha, pero sin convicción de ser
elegida por una sencilla razón, era más pequeña de lo que consideraban
ideal.
Aún así, fui elegida.
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